miércoles, 17 de febrero de 2010

Adiós al virtuoso retratista de indios y samurais...


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































Consternado, abatido, desolado... Así estoy desde anoche por la muerte de una de las personas más importantes de mi vida a la que, paradójicamente, no llegué a conocer jamás cara a cara. Fue leyendo el último número de esa magnífica revista de Historia que es 'Military Illustrated', recién sacado del sobre subscriptorio procedente de Guirilandia, cuando, junto al siempre interesante Correo del Lector, descubrí un pequeño editorial en el que se lamentaba el fallecimento de quien durante muchos años ha sido el portadista estrella de la publicación, el gran e irrepetible Richard Hook... Antes de seguir leyendo, os aconsejo que pinchéis en las ilustraciones, para poder admirar su magnificencia a mayor tamaño....

Desde su más tierna niñez, el talentoso genio nacido hace 72 años en Godstone (qué nombre más chulo), una pequeña villa rural entre las verdes colinas del condado de Surrey, apuntaba maneras... cuando su abuela le reprendió severamente por haber llenado su libro de cánticos de la coral infantil en la que participaba de dibujos de lo que ya entonces era su verdadera pasión: los indios y vaqueros... Paradójicamente, fue efusivamente felicitado por el pastor que dirigía el cantarín compendio de angelicales voces por la calidad de las ilustraciones...

De salud algo enfermiza debido a sus problemas de fiebres reumáticas, Richard pasó largos periodos de su infancia ingresado en el hospital donde, a modo de entretenimiento, desarrolló sus innatas cualidades para el dibujo. También era un apasionado de la Historia y heredó de su abuelo, que vivía en pleno campo y era jardinero del casoplón de unos señorones, un inmenso amor por la naturaleza y los animales. Cuando su abuelo le regaló los 4 tomos de la renombrada 'Historia de las Naciones' de Hutchinson, se quedó tan impresionado por su riqueza en imágenes de gran calidad, una de las grandes cualidades de esta conocida obra http://www.bridgemanartondemand.com/art/259996/Socrates_Addressing_the_Athenians_illustration_from_Hutchinsons que siempre reconoció que apenas leyó nada de su abigarrado texto.

Toda la vida guardó un excelente recuerdo de Philip Moon, su admirado profesor de dibujo en el Reigate College of Art, cuyo estilo decorativo y algo ingenuo fue su principal influencia al inicio de su carrera profesional. Pese a su inextinguible afición por los temas castrenses, no tenía tan buena memoria de su servicio militar en en el primer batallón del Queen's Royal Regiment, aunque evitó lo peor encargándose de la pocilga del coronel y pintando carteles y señales de carretera para la policía militar... En su condición de disléxico, escribió por error 'Gaurd room' en la sala de guardia, y el rótulo estuvo colgado de tal guisa durante meses, hasta que un alto oficial advirtió del grave error durante una visita de inspección, con el consiguiente embarazo para los presentes. Años después, el bueno de Hook todavía evocaba con amargura que "lo mejor de mi servicio militar fue el trato que tuve con los cerdos..."

En cuanto cumplió con la patria, inició su brillante carrera como ilustrador en una agencia de publicidad londinense, hasta que en seguida fue fichado como editor de arte por la prestigiosa revista infantil y juvenil 'Finding Out', trabajo que le cambió definitivamente la vida y también su manera de dibujar, muy veloz en el abocetado gracias a sus ágiles trazos de lápiz y con un estilo aún por definir, que gozó desde entonces de las influencias de algunos de sus mejores amigos, como los grandiosos hermanos Ron (una de sus principales inspiraciones) y Gerry Embleton, y de otros de los mejores dibujantes europeos de la época, como Peter Jackson. Así, poco a poco evolucionando del estilo colorista y decorativo de rasgos algo caricaturescos, heredado de Moon y el que son fácilmente identificables algunos toques embeltonianos, fabuloso para ilustrar cuentos infantiles y artículos de divulgación, hacia un singular realismo de toques refinados, consiguiendo, en definitiva, a un lenguaje propio y perfectamente distinguible del resto, que desde entonces brilla como pocos en todo tipo de ilustraciones, con especial magnificencia en las de corte histórico... una evolución que es perfectamente constatable en los dibujos que acompañan el texto, y que es especialmente perceptible en sus ilustraciones para 'Los viajes de Gulliver' que os incluyo...

En 1966, su fama internacional era tal, que se estableció como 'freelance,' colaborando desde entonces con las más prestigiosas revistas para niños y adultos, así como publicaciones de temática histórica o militar del más variado signo. Para mí era un sueño llegar cada sábado por la mañana a la bliblioteca del entonces Museo Arqueológico de Murcia y devorarme ansioso cualquiera de los pequeños volúmenes que integraban la colección 'Pueblos del Pasado' de Editorial Molino, en la que los maravillosos dibujos de Richard Hook compartían protagonismo con los de los otros dos grandes maestros europeos de la ilustración de temas históricos, el llorado Angus McBride y el colosal Peter Connolly, el único que nos queda vivo (¡¡¡y por muchos años, a pesar de sus 75 años!!!) de la genial terna.

En 1979, la editorial Osprey, por entonces aún incipiente aspirante a su imparable asalto a la cúspide como mejor productora mundial de libros de historia militar, fichó a Richard Hook con la intención de ofrecer a sus lectores un auténtico pata negra del género; allí coincidiría con sus viejos compañeros de éxitos: los Embleton bros, el colosal McBride y un sensacional Mike Chapell... éste último y el estupendo y también septuagenario Gerry Embleton (colaborador en las pelis de 'El señor de los anillos' y en las reconstrucciones históricas de prestigiosos museos europeos) son los únicos que nos quedan en este mundo de tan prodigioso repóker.... y de vez en cuando nos encandilan con alguna nueva joya...

Como no podía ser de otra manera, el primero de sus casi 50 títulos para la Osprey estuvo dedicado a una de sus facetas más aclamadas. No es casualidad que ese número 86 de la mítica colección Men-at-Arms llevara por título 'Samurai Armies 1550–1615' (antepenúltima imagen del post), ya que Richard Hook ha sido considerado, incluso en la propia Asia, como el mejor dibujante mundial de samurais de las últimas décadas. Los mejores títulos de la editorial sobre esta materia se los repartían al alimón él y McBride, el otro gran experto sobre el tema, y ahora a ambos les ha tomado el relevo en la tarea de pintar aguerridos guerreros japoneses el brillante Wayne Reynolds, cuyo estilo es una mezcla entre Ron Embleton y el más joven Richard Hook, aunque carente de la espontaneidad de ambos...

Apenas 10 años después, Richard ilustró paral a editorial el primero de los títulos dedicados a su gran pasión, los indios de Norteamérica, tema del que no sólo era un gran experto mundial (sin rival en espisodios como el de la popular batalla de Little Big Horn que le costó el pescuezo a Custer y un tercio de su Séptimo de Caballería), sino que estaba considerado, por los propios nativos americanos, el ilustrador que mejor ha sabido reflejar y captar el alma de sus diferentes culturas... No es de extrañar que la tribu de los Oneida, una de las grandes naciones iroquesas, le hiciera entrega en una emotiva ceremonia de una manta, uno de los regalos tradicionalmente más valiosos y simbólicos entre las naciones indias norteamericanas. Entre los muchos temas de esta índole que dibujó Hook hay un amplio abanico que va desde las leyendas y cuentos tradicionales hasta otros más cotidianos, sin olvidar aquellos relacionados con la guerra y la aparatosa y fascinante gama de armas y objetos asociada a la misma. Entre los títulos de mayor impacto en la comunidad investigadora, y lo digo de muy buena tinta porque resultó una obra clave en mi tesis doctoral (y en otras muchas) está la ya imprescindible 'Native Tribes of North America: A Concise Encyclopedia' escrita por Michael Johnson y editada en 1992 por Windrow & Greene.

Buena parte de los libros ilustrados por Richard Hook relativos a los indios norteamericanos son obra de su hijo Jason, escritor, editor e investigador con el que ha formado un tándem excepcional. En lo personal y lo profesional, tal vez el que más me ha impactado, por la grandeza del personaje en sí, y por la excepcional maestría demostrada en sus dibujos, mi libro favorito de todos los realizados por la pareja es el dedicado a Tecumseh (primera ilustración de las que abren el post), el legendario jefe de los Shawnee, y última esperanza de los indios, reunidos bajo su mando en una gran confederación en su intento de evitar ser barridos de sus tierras por los blancos, sueño que se esfumó en 1811 en la batalla de Tippecanoe y que se convirtió en pesadilla tras la muerte del bravo líder nativo en la batalla del río Thames apenas dos años después. Aún me conmueve la dignidad y majestuosidad con la que el artista dibujó al gran guerrero, de cuyo aspecto físico sólo se tenían muy escasos testimonios gráficos basados en narraciones orales... si no fue realmente así, desde que leí esta apasionante monografía me es imposible imaginarlo de otra manera.
Tal fue la pasión de Hook por los temas indígenas, que paulatinamente fue reduciendo su volumen de trabajo para poder dedicar tiempo a su actividad como coleccionista e investigador sobre los indios; actividad de la que, a la postre, nos beneficiamos todos los interesados por el tema que recurrimos a las obras del genio de Godstone para incrementar nuestros conocimientos.

A esta afición, Richard, tan tímido como amable en el trato, unía otras como el fumar en pipa, dar largos paseos por el campo, pintar cuadros al óleo para su ámbito familiar, así como tocar la mandolina y la guitarra y cantar canciones de estilo country con diversos grupos pertenecientes al Bluegrass Plus Club, como los Devils Den; (ahí los vemos, con Hook cantando en el centro de la segunda foto); mientras que bandas como Wild Oats han grabado e interpretado en sus conciertos composiciones del polifacético ilustrador....

Pero no sólo indios y samurais figuran entre los temas predilectos de ese todo terreno que era Richard Hook; también, como es lógico, era un maestro de las temáticas relacionadas con la Guerra de Secesión americana y el Far West, así como en asuntos medievales, especialmente ne lo que se refiere al ciclo artúrico... o con sajones, vikingos, mongoles, bizantinos, normandos, sarracenos y caballeros cristianos como grandes estrellas... tampoco se le daban nada mal los temas de inspiración napoleónica y victoriana o aquellos relacionados con la Segunda Guerra Mundial o la arquitectura; en todas sus obras, también están muy presentes los temas de inspiración hispana, como reflejan los tres soberbios números que Osprey le dedicó a la campaña de la Armada Invencible -con motivo del cuarto centenario de la malhadada expedición naval, a la División Azul, o a las guerrillas españolas de la Guerra de la Independencia...
Aunque su rica trayectoria artística parece imposible de superar y muy difícil de igualar, Richard ha transmitido parte de su inmenso talento a sus otros dos hijos, Christa (de estilo bastante impresionista) y Adam (más clásico y solvente) , entre los mejores ilustradores de la Osprey donde tal vez sea el gran Peter Dennis, íntimo amigo de Richard, el mejor heredero de su forma de entender la ilustración de carácter histórico...

Hombre muy familiar, felizmente casado con Hilary, Richard Hook quiso dedicar en 2003 un libro infantil a sus tres nietos, Dale, Amber y Lauren, a los que adoraba...el resultado, una maravilla titulada 'Where's the Dragon?', todo un autentico superventas en el mundo anglosajón desde su misma su publicación.

Como no podía ser menos, el último título que Hook dibujó para la Osprey, y que se publicará postumamente el próximo mes de marzo, era una obra de temática japonesa, y cuyas ilustraciones firma su hijo Adam en la portada: 'Hatamoto Samurai. Horse and Foot Guard 1540-1724', que trata sobre los hatamoto, esos samurai que custodian el estandarte junto a su señor, y que constituyen la guardia personal de éste, su escolta más cercana y fiel (la portada y una de sus láminas son la última y penúltima imagen de este post).... Mientras escribía estas líneas, he tenido el gozoso placer de recibir el penúltimo trabajo del ilustrador, dedicado a la fracasada, por dos veces, invasión de Japón por las tropas chino-mongolas de Kublai Khan, el emperador chino amigo y protector de Marco Polo... incidente que dio lugar a la leyenda del kamikaze, ese milagroso 'VIENTO DIVINO', en forma de terrible huracán, que asoló la flota invasora cuando más desesperada era la situación de los nipones... un título excepcional en el que Hook, tal vez por su enfermedad o como muestra de una madura evolución, nos ofrece su más expresionista versión, en la que predominan las manchas de color sobre la firmeza de las líneas...

Tristemente, el pasado 12 de enero, tras dos años de valiente lucha contra el cáncer, al enfermedad nos arrebató para siempre al bueno de Richard Hook, cuyo legado artístico está, por derecho propio, entre lo más destacado del último medio siglo.
Tal vez, en su últimos momentos, recordó aquel dicho del jefe Aupumut de los Mohicanos: "Cuando llega la hora de morir, no seáis como aquellos que llenan su corazón de miedo a la muerte y que, cuando llega su hora, lloran y ruegan por tener un poco más de tiempo para revivir sus vidas de manera diferente. Entonad vuestro cántico de muerte, y pereced como el héroe que vuelve a casa".

Descansa en paz, querido y admirado maestro, y buena caza en las verdes praderas y los profundos bosques ...