martes, 11 de enero de 2011

Otro hombre para la eternidad






















Por mucho que nos duela, los auténticos héroes, aquellos que con su bravura, su sacrificio, su constancia y su valor inciden decisivamente en la vida de sus semejantes, también mueren. Consternado estoy tras conocer que el pasado 2 de enero nos dejó para siempre una de las personas que más he admirado y admiraré mientras tenga uso de razón. Un ser humano ejemplar de los pies a la cabeza, al que tantos soldados y civiles deben sus vidas y su libertad. El mayor Dick Winters es uno de esos miles de protagonistas anónimos de la mayor tragedia vivida por la Humanidad, cuyas hazañas en favor del prójimo sólo llegan al gran público gracias a la perspicaz pluma de alguien que cuente su historia, o un genio literario como el gran Stephen Ambrose.
Seguramente no fuera el mayor genio táctico, ni el mejor estratega del conflicto, pero nadie mandó nunca mejor que él, si acaso sólo igual, una tropa de hombres armados; aquellos tipos duros entre los que predominaba el respeto, la fraternidad, la amistad, la sinceridad, el trato justo y la más alta eficacia a la hora de desempeñarse como militares aunque fuera en medio de la nieve y sin prendas de abrigo con que guarecerse de un frío aterrador.
Tal vez tantas cualidades obedezcan a la causa por la que el mayor Winters y sus hombres saltaron sobre la Europa ocupada aquella aciaga noche del 6 de junio de 1944, y que no era otra que librar al mundo de la tiranía nazi, y de salvar tantas vidas inocentes, muchas de ellas de origen judío.
Se nos ha ido a los 92 años, por unas complicaciones en su enfermedad de Parkinson, el carismático líder de la inolvidable Compañía Easy del Segundo Batallón del 506 Regimiento de la 101 División Aerotransportada del Ejército de los Estados Unidos. Su peripecia real está magníficamente recreada en la que para mí es, por muchos motivos, entre ellos sus valores éticos y morales, la mejor serie televisiva de la historia, esa 'Band of Brothers' http://www.youtube.com/watch?v=a23ibUHxlNY infamemente mutilada y despreciada por Telecinco. Allá ellos y su patético complejo de antiamericanismo barato...
Una maravillosa narración en la que el actor inglés DAMIAN LEWIS, el otro protagonista de este breve recordatorio y que aparece en las fotos con el propio Winters, encarna magistralmente al héroe, dotándolo de una humanidad, humildad y cercanía con tal veracidad que pone los pelos de punta. Sin duda, el papel de su vida. Un tipo genial también este actorazo, que tuvo el cuajo de llamar Manon y Gulliver a sus dos hijos, y gran seguidor del Liverpool, entre cuyos hinchas es posible encontrarlo en medio de un partido entonando cánticos a favor de su ídolo Fernando Torres.
Humildad la del bueno de Dick Winters, cuya última voluntad fue que no se hiciera pública la noticia de su fallecimiento hasta después del funeral. Para él, y lo demostró toda su vida, la gloria no estaba en las medallas o en las portadas de los diarios, sino en salvaguardar la vida de todos y cada uno de sus hombres.
El azaroso destino y las circunstancias lo habían puesto al frente de una unidad paracaidista de élite, que él situó entre las mejores antes de volver a una pacífica vida civil en el campo, como productor de pienso para granjas. La fama y la gloria que nunca buscó le llegaron en la última fase de su existencia; era demasiado grande para que fuera obviado; y con su testimonio y sus recuerdos nos dejó bien claro qué errores del pasado no podemos repetir nunca más. Hasta siempre, HÉROE...
Mi nieto me preguntó un día: "Abuelo ¿fuiste un héroe en la guerra?"
Y el abuelo le contestó: "No, pero serví en una Compañía de héroes"
Mayor Dick Winters
D.E.P.